De la corrección a la ultracorrección
Silvia Peña-Alfaro
Con el pasar de l tiempo, el público se vuelve más exigente acerca de la calidad de los productos y en el mundo editorial no es la excepción. Se encuentra con la necesidad de adecuarse al público consumidor, que es demandante y crítico.
Reto de la industria editorial
El leguaje en el campo editorial es la materia prima, por ello la preocupación por el “adecuado” uso de éste. Contrayendo con ello un compromiso social con lo receptores e intrínseco se encuentra el educar.
Por ello, las casa editoriales toman esta cuestión en primer orden, ya que están conscientes de que el receptor al estar en contacto con el producto, atraen el modelo de expresión difundido en dicho producto y son tomados conscientes o inconscientemente como modelos a seguir.
Por ejemplo, en el uso de copretérito, en nuestra cultura, es para amenizar el rigor de la peticones. En el libro Valores de formas verbales en el español de México, es denominado como el “copretérito de cortesía”. Venía o vienes son freses que, según Silvia Peña, están hechos y son insubstituibles. Ya viene del pasado y pese a que están mal dicho se entiende, porque no se da tanta importancia al significado correcto.
Sin embargo, la resistencia por cambiar las frases o palabras a su modo correcto supone un inamovible cambio en la lengua. Si se llegara a cambiar a lo “correcto”, se podría creer que se hala de otro concepto.
Otro ejemplo son los anglicismos, se comienzan a utilizar necesarios e inevitables para la comunicación, todo se trata de amabilidad y que suene bien. Además de otorgar un nivel socioeconómico alto.
Lo anterior no lleva a una sociedad superficial, donde el afán de imitación permite obtener una satisfacción de mejor nivel de vida o creer ser un letrado fabuloso.
Anglicismos según Saliva Peña- Alfaro “es trasmitir un ideología, aunque esa ideología revele una postura de admiración o subordinación ante lo extranjero” ya que éstos proviene de lo extranjero, precisamente.
Algunos ocasiones las palaras son utilizadas en ciertos sectores, como lo son posicionar o publicitar, propias de las agencias de publicidad, ahora llamadas agencias de comunicación.
Por ello no sólo las grandes instituciones de la lengua están capacitadas para legislar acerca de qué está bien utiliza o qué está mal. La sociedad también lo está. No porque no aparezca den un diccionario esta mal dicho, ya que por conceso esta aceptado.
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